Así como tú y como yo, hay personas que han enfrentado situaciones de vida complejas, pero eso no les ha impedido ser feliz y vivir la vida, aceptando su realidad y usándola para inspirar a muchos otros.
La vida es como una montaña rusa, por momentos vamos lento y de pronto va tan rápido que sentimos que perdemos todo el control, el temor, la ansiedad, la euforia y unos niveles altos de adrenalina nos consumen. Recuerdo en algún momento de mi vida, cuando visité un parque de diversiones con mi esposo, ambos jóvenes y arriesgados, decidimos comprar un brazalete que nos permitía montar en todas las atracciones, nosotros muy aguerridos decidimos montarnos en el barco de Marco polo y para ser aún más arriesgados, en la punta donde sentía mayor la sensación y el vacío; una vez prendieron la atracción lo que empecé a sentir fue tan fuerte que el aire me faltaba, el corazón estaba apunto de salirse, sentía que podía perder mi vida en un minuto y que no podía controlar lo que estaba sintiendo. Así mismo me sentí, cuando por primera vez me dijeron que mi hijo tenía algo y que había una sospecha de que era Autismo; cuando tenemos una noticia que cambia para siempre nuestra vida, sentimos tantas cosas juntas y tenemos tanto miedo, que llegamos a pensar que nuestra realidad es la peor y que nadie puede estar viviendo lo mismo que nosotros. La verdad no sólo hay personas que están enfrentando situaciones como la tuya, si no algunas mucho más difíciles y allí es cuando debemos tomar una decisión de cómo vamos a vivir la vida que nos tocó vivir y la cual siempre tiene un propósito.
Así como tú y como yo, hay personas que han enfrentado situaciones de vida complejas, pero eso no les ha impedido ser feliz y vivir la vida, aceptando su realidad y usándola para inspirar a muchos otros.